viernes, 25 de enero de 2008

Noveno – De los miedos antes del cambio de hora

Miedo... temores, incertidumbres de no saber y no conocer... Crédito: www.flickr.com - memo vasquez

Ahora, las incertidumbres*.
Caminar de un lado a otro entre los demás –que son tan etéreos como yo–, las luces gélidas ahorradoras de luz y el polvero de la construcción aledaña no sirve de nada.
Me duele la cabeza de tanto pensar cómo hago para dejar de pensar en lo que no debo pensar.
La mandíbula se volvió a trancar y los horarios de las citas médicas están ahí, en la billetera raída de Jack, porque me da miedo ir al doctor a que me den malas noticias.
Cambios han de llegar en una historia que apenas comenzaba y no tuvo tiempo de terminar de comenzar… cambios han de llegar cuando poco a poco iba entendiendo.
¿Ahora qué? Nada, porque todo ha quedado en palabras.
Ahora, la espera**.

A continuación dejo la entrevista con el Comisario de Comercio de la Unión Europea, Peter Mandelson, quien explica la importancia de la Ronda de Doha en momentos de crisis económica como la actual, los beneficios para los países en vías de desarrollo y los industrializados y el papel de Colombia en las negociaciones.
(Como muchos de ustedes, no sabía tampoco qué era eso…)

(*) Me recordó Los Micrófonos
(**) Y ahora, los tambores…


UE. Acuerdos multilaterales cobran importancia en medio de crisis económicas
Colombia, factor importante en Doha


Peter Mandelson, Comisario de Comercio de la Unión Europea (UE), aseguró que los acuerdos comerciales multilaterales cobran gran importancia en momentos de crisis económica mundial, como la que se puede desatar si Estados Unidos cae en una recesión por los problemas de créditos hipotecarios.
Mandelson, quien asistió al Foro Económico Mundial en Davos, dijo que si los ministros no se reúnen pronto para definir un marco sobre la Ronda de Doha, será difícil que culmine el acuerdo, que se ha visto trabado por diferencias en el tema agrícola entre los países en vías de desarrollo y los desarrollados.
El Comisario de Comercio habló en exclusiva con LA REPUBLICA acerca de los beneficios de este acuerdo para los miembros de la Organización Mundial de Comercio (OMC) y del papel de Colombia en esta negociación.

¿Qué beneficios trae destrabar la Ronda de Doha para los países desarrollados?
Los beneficios para el mundo desarrollado son similares a los que recibirían los otros miembros de la OMC. Doha permitirá crear una nueva actividad comercial en grandes mercados como China, India y Brasil. Asimismo, ayudará a reducir los pocos aranceles que quedan en los países en desarrollo, así como los aranceles impuestos a los productos textiles en Estados Unidos. También disminuirán las enormes barreras existentes en el comercio agrícola entre las economías industrializadas.
Desearía que consiguiéramos a un acuerdo acerca del nuevo régimen de comercio global para así facilitar el intercambio de bienes y servicios ambientales –las herramientas que usamos para controlar el cambio climático. La incertidumbre actual de la economía mundial aumenta la posibilidad de un incremento del proteccionismo, lo que pondría en riesgo la apertura de mercados lograda en los últimos 10 años. Llegar a un acuerdo en Doha garantizaría esa apertura.

¿Cómo favorecería a los países emergentes como Brasil, China, o en proceso de desarrollo como Colombia?
Doha es la posibilidad de mostrarles a los países como Colombia que el sistema multilateral puede favorecer sus intereses; estas naciones esperan beneficiarse de nuevos mercados, tanto del mundo industrializado como de las grandes economías emergentes. A los países en desarrollo con rápido crecimiento se les pedirá una contribución proporcionada y eso es justo.
Lo que se está negociando es la mayor liberalización de productos agrícolas de la historia. Países como Colombia, que son competitivos en el sector agrícola, verán nuevos mercados y un recorte de los subsidios distorsionantes que pagan los gobiernos de economías desarrolladas a sus productores.
Las naciones que deseen pertenecer a la economía global necesitan la Ronda de Doha. Colombia está comprometida con la globalización y esa es una de las razones por las cuales está creciendo económicamente. Doha significa una oportunidad para los exportadores colombianos de diversificar su comercio y llegar a nuevos mercados.
Yo espero que Colombia utilice sus estrechas relaciones con países como Brasil y Estados Unidos para alentarles a conseguir un acuerdo.

¿Cuáles cree que han sido los motivos que han evitado que se llegue a un acuerdo?
No ha ayudado que la Ronda se haya enfocado tanto en la agricultura. Los ministros han dejado de lado los beneficios que el acuerdo ofrece en áreas vitales como son los intercambios industriales y de servicios, las reglas “anti-dumping”, los subsidios a la industria y la facilitación al comercio. Sin embargo, quiero destacar que mucho trabajo se ha llevado a cabo en Ginebra en los últimos seis meses y las posturas de negociación se pueden aproximar si hay suficiente motivación política.

¿Qué aspectos deben ser revisados para culminar la Ronda?
Lo más importante es llegar a una posición equilibrada en un par de meses que nos prepare para un acuerdo final al terminar el año. Un acuerdo equilibrado necesita nuevas oportunidades de comercio de bienes y servicios agrícolas e industriales para todos los miembros de la OMC.

¿Cuál sería la mejor manera de destrabar la Ronda de Doha?
Liderazgo político… es así de simple. Lo que se necesita es tener conciencia de que en tiempos de incertidumbre económica es cuando estos acuerdos multilaterales tienen más relevancia. No podemos estar a la defensiva. Tan sólo hay una estrecha vía política por la cual Estados Unidos puede negociar un acuerdo final. Todas las partes necesitan aferrarse a Doha antes de que se nos escape la posibilidad de cerrar un acuerdo. Si Doha se congela, la OMC se verá afectada también. Doha será la primera ronda comercial en haber fracasado. No podemos permitir que esto suceda.

¿Cómo se verían beneficiados los exportadores colombianos del banano si se logra destrabar la Ronda?
La Unión Europea siempre ha dicho que un acuerdo final en Doha incluirá un recorte por parte de la UE en los aranceles al banano, lo que supondrá un beneficio directo para Colombia.
Son varios los asuntos a revisar
Según el asesor del Ministerio de Agricultura y jefe negociador por Colombia, Andrés Espinosa, existen dos nubarrones sobre las negociaciones de la Ronda de Doha. Por un lado, la ausencia de autoridad negociadora por parte del gobierno estadounidense (venció en junio de 2007), la cual es la forma en que el Congreso delega de manera temporal el poder de negociar al Ejecutivo de ese país.
Por otro lado, aspectos técnicos de gran complejidad en el tema agrícola en el que países como Estados Unidos y Japón, no se ponen de acuerdo con los emergentes como Brasil e India. Dos temas son importantes en este sentido: falta culminar la más completa liberalización de los productos tropicales (flores, frutas y hortalizas) y las políticas que aplican los países desarrollados como las ayudas internas y el subsidio a las exportaciones agrícolas.
Para Espinosa, es necesario revisar las ayudas internas que brindan los países industrializados a la agricultura, “ya que algunas de ellas pueden ser consideradas distorsionantes, porque promueven la producción de productos más allá de que es competitivo, generando excedentes de producción para el mercado interno que luego llegan al mercado internacional, lo que deprime los precios”, explicó el asesor.
Asimismo, se debe “obviar la salvaguardia a algunos productos, ya que por condiciones técnicas sólo la han podido utilizar los países desarrollados. La justicia económica es que no los países industrializados ni los en vías de desarrollo la puedan utilizar, a menos que las condiciones de los mercados así lo exijan porque las importaciones masivas hacen necesaria una protección temporal”, sostuvo Espinosa.
Una de las principales trabas que tiene la Ronda de Doha es el no cumplimiento de una negociación que data de la Ronda de Uruguay (1986-1994). Dicha negociación es la completa liberalización de los productos tropicales, la cual, hasta el momento, no se ha logrado.
Los países andinos insisten de forma considerable en este punto ya que entre los productos tropicales se encuentra el banano, que es importante es las exportaciones de estas naciones. La causa para no lograr la liberalización es que no se ha llegado a un consenso entre los ministros de la OMC de cuáles son los productos tropicales.
Por último, es importante que se establezca una fecha para la eliminación de los subsidios a las exportaciones que distorsionan las políticas de competencia del mercado mundial.

lunes, 21 de enero de 2008

Octavo - De la frustración compartida

Frustración, impotencia y rabia de los que sienten y de los que vemos el secuestro. Crédito: www.flickr.com Lizzie Vengeance












Después de tanto tiempo de no escribir, me siento oxidada. Pero no importa, aquí voy… después de casi un mes de haber empezado 2008 y con el nuevo año, ver todos los asuntos políticos Venezuela-Colombia-Farc, pensé que escribiría mi primera nota en el blog de un asunto diferente.
Pues no, no puedo escapar a la frustración y a la rabia de muchos colombianos de ver cómo Chávez se nos metió en el rancho, cada fin de semana vomitando insultos contra Uribe y su política y su fantástico apoyo a las Farc, pidiendo ante la Comisión Europea que los saquen de la lista de terroristas, porque “no son ningún cuerpo terrorista, son verdaderos ejércitos que ocupan espacio en Colombia, hay que darles reconocimiento, son fuerzas insurgentes que tienen un proyecto político, un proyecto bolivariano, que aquí es respetado”.
Sin comentarios.
Hace unos días leí en El Tiempo el Caso de Copenhague, “una patética variante del síndrome de Estocolmo”, según el analista internacional Moisés Naím, de El País de España, lo que ha hecho que los extranjeros simpaticen con los secuestradores y asesinos guerrilleros.
Tal es el caso de algunos grupos en Dinamarca (cuyo nombre no voy a mencionar, no les voy a hacer publicidad) que venden camisetas y envían dinero a las Farc. O más artísticos aún, tomaron canciones del grupo armado y contrataron dj’s que las mezclaran, dando como resultado pistas electrónicas, a la par de Dj Tiesto y los demás.
Ah, se llama Cumbia Clash, from the jungle to the streets (de la selva a las calles)… qué originales.
Absurdo.
Este grupo de daneses también apoya guerrillas de otros países, como Palestina. Al hablar de ellos dicen que están “brindando solidaridad a la lucha de liberación en Colombia”. Así se refirió una página venezolana al hecho de absolver a los daneses miembros del grupo que vende camisetas.
¿No ven más allá de su nariz? Tampoco es que le crean todo a los medios y crean que acá vivimos en una guerra civil y que no se puede salir a la esquina porque nos cae una granada, pero tampoco que los guerrilleros son personas en pro de los colombianos, luchando por la revolución como el Ché Guevara… que mis reservas le tengo porque cruel sí fue.
Con la ayuda de gente especial pude hacer la nota que va a continuación, que salió hoy en le periódico… primera vez que escribí así para el periódico, me gustó y pensé que me iban a echar.

Gracias a los que me colaboraron.


Venezuela. El cambio oficial es de 2,15 bolívares fuertes por dólar
Reconversión, ¿bajará la inflación?

Empresarios creen que el Gobierno puede tomarse las compañías para intervenirlas, lo que genera especulación, por lo que las personas acaparan bienes y dejan vacíos los estantes.
A lo largo de la historia siempre se ha sabido que una cosa es la teoría y otra la práctica. El cambio de moneda en Venezuela y sus objetivos no escapa a esta tradición.
En teoría, el gobierno venezolano decidió eliminar tres ceros al bolívar a partir del primero de enero de 2008, denominándolo bolívar fuerte, con el fin de facilitar las cuentas ante las grandes cifras en un país donde la inflación subió a 22,5 por ciento, desde 17 por ciento en 2006, a diferencia de un PIB que bajó a 8,4 por ciento el año pasado, cuando en 2006 registró 10,3 por ciento.
En la práctica, las cosas son distintas. No es suficiente una reducción de ceros, –como lo ha hecho Brasil, Perú y Argentina– para bajar la inflación del vecino país, la más alta en tres años y la mayor en América Latina.
Analistas explican que para bajar el IPC en Venezuela es necesario: créditos bancarios a tasas de interés razonables, acceder a divisas sin restricciones y, sin duda alguna, abastecerse de bienes alimenticios, con una oferta adecuada y precios asequibles.
La realidad es otra. Por un lado, con la tasa de cambio fija se puede comprar un dólar por 2,150 bolívares fuertes, pero en las calles se consigue la moneda estadounidense hasta en ocho bolívares fuertes.
Por otro lado, a la hora de hacer mercado, la escasez de productos de consumo primario como leche, azúcar, huevos, granos y aceite, ha llevado a un alza en los precios. Para solucionar esto, el Gobierno flexibilizará los controles de cerca de 400 productos.
Fuentes de organismos multilaterales afirman que “en Venezuela hay factores sistémicos muy graves que causan la alta inflación: el gasto público está elevado por la abundancia de divisas pero, al mismo tiempo, hay control en el tipo de cambio. Es una paradoja que tiene un activo abundante caro, es decir, el dólar es costoso por las restricciones”.
De la misma manera, el desabastecimiento de productos de consumo primario se presenta al fijar los precios de los alimentos, lo que conlleva a que los empresarios dejen de producirlos, lo que genera escasez.
El desabastecimiento también se produce por la incertidumbre, ya que los empresarios creen que el Gobierno puede tomarse las compañías para intervenirlas. Esto da como resultado la especulación, por lo que las personas acaparan bienes y dejan vacíos los estantes.
Esa baja en la producción nacional trae como única opción importar los bienes y, como Colombia es conocida como “la despensa de Venezuela” y está en conflicto con el país liderado por Chávez, sigue creciendo la especulación.
Sin duda alguna, aunque hasta el momento no se han visto repercusiones considerables en el comercio bilateral, es posible que, de no arreglarse las relaciones diplomáticas entre Colombia y Venezuela, empresarios y consumidores de las dos naciones se verían afectados.
Como se puede observar, la teoría y la práctica son completamente diferentes. La teoría se puede encontrar en los libros, en los noticieros y en la prensa, pero entender la situación real de algunos venezolanos, es mejor conocerla de primera mano.

Perspectivas de algunos venezolanos
Es muy pronto para estimar el efecto del cambio de moneda en la inflación. El Presidente de Fenalco en Cúcuta, Luis Carlos Gaitán, dijo que “fue un cambio más bien cosmético; pero sí hay un efecto psicológico, pues se pasó de tener un millón de bolívares en el banco a tener 1000”.
De acuerdo con Daniel Anillo, ingeniero venezolano, “Chávez hizo el cambio para fortalecer el bolívar, hacerla una moneda respetada como a principios de los 80”. Por su parte, una empleada del sector privado, Milena Ortiz, aseguró que “el cambio fue un capricho del Presidente. Las repercusiones que ha traído es el redondeo de los precios hacia arriba y, por ende, el aumento en todo. Además, el bolívar sigue igual de devaluado”.
En cuanto a la escasez de bienes de consumo, Isabella González, médica, sostuvo que “ir al mercado en una aventura. ¿Qué falta? leche, carne, huevos, aceite de maíz, azúcar. Aunque, en la actualidad, está bastante regularizado el suministro”.
Estos problemas dan como resultado que las personas que viven cerca de la frontera con Colombia prefieran pagar el doble por los bienes en los almacenes de Cúcuta, con tal de conseguir lo que quieren.
“Los venezolanos compran con tarjeta de crédito, con lo cual tienen la posibilidad de pagar en dólares con la tasa de cambio oficial, que es de, más o menos, 0,90, con lo cual pagan el dólar a 2.150 bolívares de los antiguos, y no a 4.600 o cinco mil bolívares si pagaran con la tasa de cambio del mercado paralelo, de 0,42, aproximadamente. Con esto, prácticamente, ahorran más del 50 por ciento de la compra”, enfatizó Gaitán.

Comercio bilateral: hasta ahora, bien
El Presidente de la Asociación Nacional de Comercio Exterior (Analdex), Javier Díaz Molina, dijo que el comercio bilateral sigue fluyendo a pesar de las difíciles relaciones políticas y diplomáticas entre Colombia y Venezuela.
“El intercambio entre ambos países es ‘natural’; Colombia envía a Venezuela cerca de 2.500 productos, mientras a nuestro país llegan unos 1.500 productos venezolanos. Si se llega a restringir el comercio, éste seguirá de manera no registrada. El comercio entre Colombia y Venezuela no se acaba de la noche a la mañana”, dijo Díaz.
Dado el caso que el Presidente Hugo Chávez decida cancelar el intercambio, las consecuencias serían negativas. “Son 4.500 millones de dólares que se venden al vecino país y, en la actualidad, no hay otro mercado en donde colocar ese monto. Para los consumidores venezolanos también sería negativo, porque los productos se encarecerían, por ejemplo, por el costo del transporte” si se llega a cuajar la idea de Chávez de importar alimentos desde Brasil.
Según Díaz Molina, la frontera colombo-venezolana es la más activa del continente, más aún que la de los Estados Unidos y México que, aunque es más larga, hay incluso un muro. “Paraguachón, Maicao y Arauca son ciudades en las que se ve movimiento”, en ambos sentidos, de productos que entran y otros que salen.