miércoles, 26 de marzo de 2008

13 - De aquellas cosas de la primera impresión

Porque todo, todo en esta vida, es cuestión de perspectivas.
Por eso no hay verdad absoluta y no intento encontrarla.
Por eso jamás conoceré, de manera a completa, a alguien. Por eso nunca escucharé dos
opiniones iguales de dos personas diferentes acerca de alguien.
Imposible.
Crédito: http://www.flickr.com/ pichl photo blog

Es imposible.
Ir por la 26 en un bus leyendo un libro a las seis de la tarde es imposible.
No sabes qué es peor, si las lozas desniveladas que te hacen saltar una y otra vez y no sabes si lo que salta es tu ojo, el libro, las letras o el bus… o la falta de luz, generada por un sol naranja y rosado que se esconde tras las nubes.
Pero, aún así, te ensimismas en “El beso de la mujer araña” y olvidas a quien tienes al lado.
A tu compañero de trabajo que no sabe si hablarte o quedarse callado, haciéndose el que no le importa que te ensimismes.
Tampoco te importa.
Le echas una mirada y te das cuenta que ahora lo ves más atractivo de lo que te pareció la primera vez. De hecho, la primera vez que lo viste te pareció muy feo tras su piel que todavía parece adolescente, cubierta de acné, oscura por el sol o por los genes. Ni hablar de sus greñas.
Te preguntas lo que él habrá pensado de ti la primera vez que te vio.
Y te pones a pensar en cómo cambia la percepción del físico de las personas a medida que pasa el tiempo. No es por el tiempo, es por su personalidad que los puedes percibir más lindos o más feos.
No importa si son inteligentes o exitosos, sólo importa la manera en que tratan a otros, en cómo los hacen sentir con una palabra o una mirada.
No importa si esa compañera tuya de la universidad tiene un cuerpo envidiable y un cabello radiante… sólo importan sus gestos malhumorados y antipáticos cuando decide responderle algo al profesor.
No importa si aquél que te pareció un petardo la primera vez que lo viste tiene unas rastas (dreads) todas sucias y los dientes en trenza, pues con sus chistes, burlas y comentarios sarcásticos pasados de tono logró sacarte, no una cursi sonrisa, sino la carcajada de la vida.

Es imposible continuar leyendo mientras te pones a pensar en todas estas huevonadas, por eso te volteas y decides besar a tu compañero.

1 comentario:

Alfred Cohen dijo...

Firme, firme, felicitaciones. Te invito a mi blog, te conozco, al menos de nombre... hay amigos en Comun.
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